GR 11 en 21 días - D19 (Ochagavía > Burguete (pasado) )

· Etapa: D19
· Fecha: 04/09/2017
· Inicio/Fin: Ochagavía (Navarra) > Burguete (pasado) (Navarra)
· Distancia: 38,62 Km
· Desnivel +: 1435 m
· Desnivel -: 1455 m
· Track realizado: Track GR 11 en 21 días - D19 - 20170904
· Comentarios:
A mitad de la noche anterior, la que pasé con la tienda montada en el camping, comenzó a llover. La lluvia nos acompañó hasta las 10 de la mañana aproximadamente. Debido a que la jornada era larga, la previsión que tenía era de comenzar a andar antes de las seis y media de la mañana. Con la lluvia, la salida se retrasó. De hecho, cuando llueve, siempre te planteas si salir o esperar a ver si para. Los tres compañeros de parcela, franceses, decidieron no salir. Finalmente, entre unas y otras cosas, comencé a andar a las siete y media. Al pasar de nuevo por el núcleo urbano de Ochagavía, confiaba en encontrar algún comercio abierto, donde vendiesen pilas. Tan solo encontré una panadería/confitería, junto a un edificio municipal. Paré a preguntar, pero me dijeron que no, que no vendían pilas y que los supermercados no los abrían hasta las nueve y media. Aquí tenía que decidir si continuar sin GPS, o bien esperar un par de horas hasta que abriesen los supermercados y poder comprar pilas. El próximo núcleo urbano era Heriberri; lo tenía clasificado en la documentación como pueblo «tipo 1» (es decir, donde había algún tipo de servicio de bar o alojamiento rural, pero nada de tiendas), así que tenía pocas esperanzas de encontrar ahí pilas. El siguiente pueblo era Burguete (un «tipo 3»), donde sí había comercios pero donde no llegaría hasta el final de la jornada. Tras reflexionar un poco, y aunque tal y como llovía era muy sugerente esperar un par de horas allí, decidí continuar.
A excepción de la lluvia, que no paró hasta media mañana, toda la jornada transcurrió con normalidad. La ruta estaba muy bien señalada e incluso conocí a un señor francés, que iba casi tan rápido como yo, aunque no lo suficientemente rápido como para ir juntos durante más de cinco minutos que estuvimos hablando. Creo que nos caímos muy bien mútuamente.

Al llegar a Heriberri a eso de las 13h, decidí hacer una parada de mitad de día. Llevaba provisiones del día anterior, y pude comer bien. Comer bien significaba meter en un tercio de barra de pan, unas lonchas de chorizo, unas lonchas de pechuga de pavo, tomar algo de chocolate y un par de yogures, todo ello comprado la tarde anterior en la tienda de chuches. Para terminar el festín, decidí tirar la casa por la ventana y permitirme comprar un polo de chocolate en un bar que tenía detrás. Cuando fui al bolsillo donde habitualmente guardaba la cartera, no encontré la cartera. Comencé a asustarme un poco. Subí un poco más arriba, a la placeta que daba al bar, y saqué todo lo que llevaba dentro de la mochila. Desplegué incluso la tienda de campaña, el saco, todo... y no encontré la cartera. Aunque la situación era alarmante, intenté no agobiarme demasiado, sobre todo para estar más fluido a la hora de buscar una solución. De momento, lo que tenía claro es que ya me iba a quedar sin helado :) (En la imagen siguiente pongo el lugar donde me di cuenta de la pérdida de la cartera y monté todo el tinglado buscándola).



Con la lluvia de toda la mañana, supuse que la habría perdido en alguna de las pocas paradas que realicé, quizá al cruzar una alambrada donde se quedó enganchado el plástico/impermeable protector de la mochila, aunque me resultaba muy extraño ya que cada vez que paro, verifico varias veces que no me he dejado nada en lugar. Por la mañana, también había hecho una parada rápida en el edificio público de Ochagavía que comenté más arriba, para preguntar lo de las pilas en la panadería, quizá la podría haber perdido allí (*). Dinero no llevaba demasiado, no más de 40€. La molestia realmente era tener que volver a hacer el DNI y el carnet de conducir, ambos renovados hacía tan solo un mes. Tras valorar la situación, llamé a mi línea de vida y solucionadora de marrones, JL. Le comenté la situación y decidimos que ella y Domin fuesen hasta Burguete para facilitarme un poco de dinero con el que poder terminar las jornadas que me restaban. De Jaca, donde ellos estaban, hasta Burguete, les separaban en coche un par de horas (unos 130 kilómetros por carreteras de montaña). Como yo no tenía acceso a internet ni nada, JL se encargó de desactivar las dos tarjetas (débito y crédito) que también llevaba en la cartera.

Así que con esta motivación adicional de llegar hasta Burguete para saludar a mis seres queridos y cómo no, para poder llevar algo de dinero encima con el que poder comprar alimentos, continué raudo mi marcha.

Como habíamos planificado, nos vimos en Burguete y echamos unos minutos de cháchara. Aproveché para comer muchas galletas Digestive que llevaban, tantas galletas como el monstruo de las galletas.
Tras esta para técnica, tenía pensado hacer unos 10 kilómetros más para restar a la jornada siguiente, pero decidí parar a las 19h en un prado a la salida de Burguete, ya que se estaba formando tormenta en la dirección hacia donde debía caminar, y no me apetecía pasar otra noche de lluvia en una cara norte. Por esto, decidí montar la tienda en un lindo prado, estirar bien los músculos, y madrugar a la mañana siguiente.

*: Respecto a la historia de la cartera, a los dos o tres días recibí una llamada de la Guardia Civil de Ochagavía, para decirme que habían encontrado mi cartera. Algún senderista la encontró en la Selva de Irati de Ochagavía y la entregó a una agente forestal. La agente forestal la dejó en el Centro de Interpretación de la Naturaleza, y estos, llamaron a la Guardia Civil para que hiciesen los trámites oportunos. ¡No os podéis imaginar la alegría que llevé! Lo cierto es —y no lo digo ahora que ya ha pasado, sino que lo manifesté así antes de que los acontecimientos tuviesen este final—, que desde el principio tuve la confianza de que iba a aparecer la cartera; de hecho, ni siquiera bloqueé las tarjetas de crédito, muestra clara de que confiaba en encontrar la cartera y en que la persona que tropezase con ella, no iba a intentar hacer un uso inapropiado. Así, finalmente recibí por correo postal la cartera en mi casa antes de dos semanas después de extraviarla, y para sorpresa de todos, contenía no solo la documentación, sino también el dinero que llevaba (parece que hay personas con ética en el mundo :) ).

· Algunas fotos tomadas durante la jornada:




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